viernes, 31 de octubre de 2014

1. Introducción

A.- Interpretación psicólogos y estudiantes de psicología vs. no psicólogos ¿Tiene el mismo significado este símbolo para un psicólogo que para alguien que no lo sea? A lo largo de nuestra formación en psicología hemos aprendido a asociar la representación gráfica de la letra griega “psi” y la palabra “psique” (cuyo significado original era mariposa) con el origen del nombre de nuestra disciplina y su historia. Nosotros, los psicólogos y estudiantes de psicología, sabemos que este símbolo no es sólo una letra del alfabeto griego sino que se trata de un símbolo que guarda una estrecha relación con nuestra disciplina y la representa. Pero, ¿qué significado tiene para alguien que no lo ha visto nunca? ¿es sólo una letra griega? ¿es un jarrón? ¿un tridente? ¿es un símbolo del horóscopo? Las herramientas semióticas hacen referencia a toda forma de comunicación (signos, lenguaje, números) que depende de la cultura y sociedad en las que se utilice, determinando las reglas de uso y permitiendo analizar nuestros recursos y acciones sociales para comunicar significados. Además, implican una forma de razonamiento o argumentación asociada a determinadas creencias, reglas y normativas sociales que, a su vez, determinan el uso y sentido de estas herramientas, a las que también se conoce como instrumentos psicológicos (Kozulin, 2000). Algunos ejemplos son el lenguaje, la notación algebraica, los diagramas, los mapas o la notación musical, entre otros. Es de especial importancia para hablar de herramientas semióticas referirnos a los trabajos de Lev Vygotsky (1896-1934), donde se mencionan conceptos de gran relevancia. Vygotsky señala que el desarrollo intelectual del individuo no se puede entender como independiente del medio social donde se encuentra. El desarrollo de las funciones psicológicas superiores se dan primero en el plano social y después de forma individual, a través de un proceso de internalización (de fuera a dentro). Este proceso se produce a través de la acción mediada en la interacción social, es decir, el niño/a a través de su incorporación a la cultura mediante las interacciones sociales y las formas de mediación semiótica va desarrollando los procesos psicológicos superiores. Una idea fundamental es que la acción humana, tanto en el plano individual como en el social, está mediada por las herramientas y signos de una cultura, y no puede ser separada del medio en el que se lleva a cabo, por lo que el desarrollo variará en función de la cultura a la que esté expuesto el niño/a. El signo es usado inicialmente como mediador, entendiendo por signo “palabras, números, símbolos algebraicos, etc. “, y son un producto de contextos socio históricos que definen y dan forma a procesos internos. La acción mediada por signos, según Vygotsky, es el mecanismo que nos permite relacionar el mundo social externo con los procesos mentales internos, y es comprendiendo los procesos mediados semióticamente en la interacción social como se forma la conciencia humana (Wertsch and Stone, 1985: 166). Por tanto, el proceso por el cual se construyen los conceptos requiere la construcción de una herramienta o instrumento, un lenguaje semiótico. La semiótica es una disciplina cuyo origen remite en Peirce, es la ciencia que estudia las propiedades generales de los sistemas de signos como base para la comprensión de toda actividad humana. La semiótica se considera como un proceso de comunicación entre un emisor y un receptor. Para que se ponga en marcha dicho proceso debe existir un intención comunicativa del emisor y una utilización de los signos adecuados para explicar. Por ejemplo, si deseo conversar con alguien que está lejos lo llamo mediante señas o gestos adecuados. La comunicación sólo se logra cuando el objeto del que habla el productor es el mismo que imagina el intérprete. Es precisamente en este sentido donde más se muestra la concepción peirceana del signo. La noción de interpretante nos remite a las normas sociales compartidas que hacen posible la simetría en el proceso de producción y en el de interpretación; mientras que, en las concepciones binarias, nada nos remite a una intersubjetividad indispensable para cerrar felizmente el proceso comunicativo. Centrándonos en el tema que nos ocupa, las Tecnologías de la Información y la Comunicación, se pueden ver como instrumentos psicológicos en el sentido vygotskiano de la expresión, puesto que son herramientas que se utilizan para pensar, sentir y actuar, tanto solos como con otros (Kozulin, 2000). Un ejemplo son los blogs, los cuales recogen textos y artículos de temática muy variada y son muy accesibles. Su uso permite el conocimiento de opiniones e información que de otro modo sería difícil de conocer.  
 

B.- Definición símbolo, signo, icono y triangulación. Los signos del lenguaje (palabras, frases) no son los únicos tipos de signos que nos transmiten información. Vivimos inmersos en signos: todo es potencialmente un elemento que transmite información la cual podemos interpretar de alguna manera (Umberto Eco), porque llamamos signo a todo aquello que representa otra cosa en algún aspecto para alguien (Hierro Pescador). En todos los signos diferenciamos el elemento significante (forma) y el elemento del contenido informativo (significado). Peirce, como padre de la semiótica, clasifica los signos en función de su relación con aquello que representan: índices (relación natural) como por ejemplo el humo y el fuego. Los iconos (relación de parecido o semejanza muy relativa), como la imagen de Microsoft Word que está en el escritorio de nuestro ordenador para indicarnos que es un programa para escribir documentos, y símbolos (ninguna relación de parecido) como la bandera de un país.
En el uso de los signos como herramientas de comunicación aparecen otros dos elementos fundamentales: el objeto/significado y el sujeto/intérprete. Entre ellos se da una triangulación en la que que cada elemento se encuentra unido a los otros dos, no sólo a uno de ellos; el triángulo que se forma no puede reducirse a la unión de dos de sus vértices sino que aparece un punto medio en el que todos confluyen, permitiendo así una comunicación útil y eficaz.
  
C.- Interpretaciones dependiendo de la cultura Siguiendo la línea de lo anteriormente citado, vemos que muchos de los signos y símbolos que nos acompañan diariamente no son percibidos o interpretados de igual manera por todo el mundo. Esto puede ser causa de una diferencia cultural, generacional o por otras muchas razones diferentes. Este hecho hace que dos o más intérpretes vean y perciban diferentes ideas cuando ven un mismo objeto. Esto se puede apreciar claramente en un situación en la que una madre y su hijo se están comunicando a través de mensajes de texto, y en un momento dado su hijo utiliza el emoticono “XD”. Para él, que lo utiliza continuamente, se ve claramente como las letras x y d no tienen un significado literal, sino que uniendo ambas forman un cara sonriente. Sin embargo, cuando su madre recibe el mensaje no aprecia lo mismo, y no entiende qué quieren decir ambas letras puestas al final del mensaje. Otro ejemplo, en el que se puede apreciar de forma clara la diferencia en la interpretación debido a la edad es con el signo “#”. Hace unos años todos los jóvenes reconocían ese símbolo como la tecla necesaria de un móvil para poder llamar con numero oculto a cualquier persona. Sin embargo, ahora todos los jóvenes asocian ese símbolo a la red social Twitter. Si preguntáramos a un grupo de jóvenes, con edades comprendidas entre los 12 y los 27 años, qué utilidad le dan a la almohadilla podríamos observar cómo los mayores harían las dos asociaciones, pero a medida que fuéramos descendiendo en edad sólo conocerían su función como hashtag en Twitter. También podemos encontrarnos con signos cuyo significado podría denominarse internacional. Es el ejemplo de cruz roja, debido a sus años de actividad por la mayor parte del mundo, casi todos conocemos el carácter humanitario de cruz roja.
 

 D.- Relación con nuevas tecnologías Las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) son dispositivos tecnológicos que permiten editar, producir, almacenar, intercambiar y transmitir datos entre diferentes sistemas de información que cuentan con protocolos comunes. Estas aplicaciones, integran medios de informática, telecomunicaciones y redes, también posibilitan la comunicación y colaboración interpersonal (persona a persona) y la multidireccional (uno a muchos, o muchos a muchos), Desempeñan un papel sustantivo en la generación, intercambio, difusión, gestión y acceso al conocimiento. (Cobo Romaní, J. C., 2009) La combinación de estos elementos ha incidido con gran fuerza en el escenario educativo por medio de métodos novedosos en enseñanza y aprendizaje. Estos recursos se refieren especialmente a los de carácter informático, audiovisual y tecnológico. Existen muchos ejemplos: el sistema Moodle, una TIC que permite compartir información entre los miembros activos de un colectivo universitario, programas infantiles que incluyen apartados en inglés para ayudar a los niños al desarrollo de una segunda lengua, los ordenadores en el ámbito académico son cada vez más habituales… La novedad de las TIC no reside en su naturaleza de tecnologías para informar y comunicar; los seres humanos hemos utilizado siempre diversas tecnologías para comunicarnos y expresar nuestras ideas, sentimientos, emociones y deseos, como el telégrafo, el teléfono, la radio o la televisión. La novedad reside más bien en el hecho de que las TIC digitales permiten crear entornos que integran los sistemas semióticos conocidos y amplían hasta límites insospechados la capacidad humana para (re)presentar, procesar, transmitir y compartir grandes cantidades de información con cada vez menos limitaciones de espacio y de tiempo, de forma casi instantánea y con un coste económico cada vez menor (Coll y Martí, 2001). El correo electrónico, por ejemplo, supone la capacidad para intercambiar información y documentos de valor didáctico en muy poco tiempo y a grandes distancias. Todas las TIC resultan instrumentos psicológicos en el sentido vygotskiano cuando su potencialidad semiótica es utilizada para planificar y regular la actividad de los procesos psicológicos propios y ajenos. Sin embargo, la potencialidad mediadora de estas tecnologías en contextos educativos solo se hace efectiva cuando son utilizadas por alumnos/as y profesores para planificar, regular y orientar las actividades propias y ajenas, introduciendo modificaciones en los procesos intra e inter-psicológicos implicados en la enseñanza y el aprendizaje. (Coll, 2004; Onrubia, 2005; Coll, Onrubia y Mauri, 2007). Para lograr este efecto educativo por parte de las TIC deben utilizarse como instrumento pedagógico-didáctico auxiliar en cualquiera de las áreas del aprendizaje, como elemento de motivación que favorezca la interdisciplinariedad, medio de transmisión informativa del exterior del aula y medio para que alumno pueda transmitir información elaborada por él mismo con sentido de responsabilidad y espíritu crítico participativo. Más concretamente hay que educar a los alumnos para el consumo de estos medios: enseñarles a leer, escuchar y mirar, dotarlos de hábitos y estrategias de lectura de los diferentes códigos verbovisuales, formarlos en técnicas de trabajo científico a través de la recogida, selección, consulta y transmisión de información, etc. PROS Y CONTRAS DE LAS TICS EN LA EDUCACIÓN
Todo esto contribuye a la formación de una cultura mediática comprendida como la capacidad que tienen en la actualidad los medios y las nuevas tecnologías de modelar el conjunto de las prácticas sociales. Recuperando un ejemplo anterior, el símbolo de “#” y los nuevos significados que se le adjudican, son manejados por un colectivo mayoritario gracias a su participación en las redes sociales, componente de las TIC.




Creado por:

Belda McFall, Moira Isabel
de la Ossa Pérez, Vanesa
Fernández Colón, Aranzazu
González Navarro, Paula
Huerta Prada, Andrea
López Bustos, Jorge
Melchor Pastor, Esther
Múgica Carrasco, Marta
Pérez Rodríguez-Malo, José Antonio
Pérez Villegas, Laura
Rodríguez Prada, Sandra
Quirós Guindal, Alba


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